.
CORTOCIRCUITOS DE LA VIDA COTIDIANA
Texto para exposición de Caja Negra En Galeria Wschodnia - Lodz, Polonia.

La epopeya de persistir en el mundo. Caja Negra, colectivo de arte chileno, con veinticinco años de historia, presenta la exposición “Vacuna, el virus debilitado”.
Un sistema de vida, una postura frente a la experiencia, Caja Negra se define como un espacio vital, autónomo, sostenido por quienes conforman su carne, sus huesos, su piel y su sangre, por quienes ejecutan sus movimientos y sienten conscientes el ritmo de su respiración.
Dentro de las rutas infatigables por las que transita el arte contemporáneo, cuyas direcciones sospechamos, llevan a infinitos puntos autorreferentes, de un egoísmo sagrado, surge un grupo heterogéneo de artistas, depurado por contingencias que configuran íntimas complicidades: Aldo Garrido, Ana María Fell, Daniel Reyes León, VHB, Javier Rodríguez, DJ Fracaso, Melania Lynch, Mauricio Bravo, Daniel Reyes león, Galería José Daniel Morón (Fabiola Alarcón - Enrique Flores), Felipe Weason, Ricardo Fuentealba-Fabio, Paola González, Klaudia Kemper, Italo Garrido, Yisa, Antonia Cruz, Sofía Donovan, Mario Z, Base Color, María José Rojas, Analía Amaya y Adolfo Martínez, son sus nombres.
Bajo las reminiscencias del concepto “CUBO”, se despliega la museografía. Rótulo de un proyecto llevado a cabo el año 2005, en Chile y Argentina, donde un módulo con semejante forma, fue transportado a diferentes lugares, para ser intervenido por artistas y personas corrientes, marcando una diferencia, transparente, entre lo cobijado y el paisaje. De esto resulta una contaminación formal y simbólica, una cierta apología del virus, que genera una estética positiva, al dialogar los elementos acumulados, en un espacio irremediablemente cultural, significativamente humano, modificado permanentemente, en cada operación.
Arte, artificio del artificio de la cultura, ha sido un camino despejado para el reconocimiento de la condición humana. Si en la historia del mundo, acontece la pérdida de los márgenes, en un torbellino de hechos simultáneos, que generan la competencia de lo real con su ortopedia, su doble, producto de la dinámica virtual y la vertiginosa inmediatez de los medios de comunicación, es necesario producir la continuidad de una ilusión, desde la ficción de una invención, que subvierta -recuperando la función primordial de la reciente historia de un arte consciente de su contexto-, el vacio inefable que provoca la hiperrealidad del presente, aunque sólo logre un consuelo momentáneo.
Pero la presente situación, igualmente favorece el levantamiento de voces otrora ausentes, en el concierto del orbe. Establece a nivel macro espacial, geopolítico, aperturas para los marginados del relato unidireccional de tiempos pretéritos, donde la esfera universal todavía poseía un centro, un norte, que irradiaba sus sombras. Circunstancia que hace posible este intercambio entre dos colectivos de arte, adheridos a los extremos del mundo, cuyas trayectorias, con sus diferencias de entramado, pueden atesorar semejanzas que los hermanan.
La pérdida de fronteras, de bordes que desaparecen, producto de la transformación de la materia, de los hechos, los mitos y los procedimientos, en dato puro y transparente, en código y en secreto develado, son el contrapunto pero también el ingrediente, para la realización de trabajos que desde su heterogénea constitución, representan la anatomía y morfología de un cuerpo viviente. Una disección en tiempo real, sin sutura.
El orden. Frente a la exacerbación del espacio y la introspección autorreferente de sus partes, la figura geométrica del cubo, símbolo de estabilidad y concreción, símbolo de control, distribuye, no así determina, a los elementos en el espacio expositivo, haciéndolos circular en un aprestamiento de relaciones internas y externas, desde Caja Negra, para el mundo, provocando los cortocircuitos de la vida cotidiana.

Pedro Pablo Bustos. Historiador del Arte. Junio de 2010.